lunes, 21 de mayo de 2012

Obsequia muestras de autoridad mal entendida, Director del plantel 7, a la Profra. Narcedalia Albarrán

México, D.F., 21 de mayo, 2012.
Rafael Torres Jiménez,
Coordinador Sectorial de la Zona Centro,
del Colegio de Bachilleres
Presente.

Asunto: Denuncia de hechos.

Quien estas líneas suscribe, Profesora adscrita a la Academia de Taller de Lectura y Redacción del plantel 7, Iztapalapa, considera menester hacer de su conocimiento una serie de situaciones que de unos meses a la fecha ocurren, para ilustrar los actos de hostigamiento, perpetrados por la autoridad de este centro escolar, contra algunos docentes, entre los que se encuentran: Ernesto Casillas, Carlos Baltazar Sánchez (ambos, de la Academia de Filosofía) y la portavoz de esta misiva.

Para tal efecto, no incurriré en la figura de la repetición al incorporar detalles sobre los dos primeros compañeros, pues harto documentado se encuentra su caso, en el expediente que con fecha 8 de mayo del año en curso, a Usted y a otros funcionarios de la institución les han turnado, como parte de su demanda sentida.

El contexto en el que se inscribe la persecución de Peña Sánchez, a mi persona en particular, tienen que ver con mi libre decisión de ejercer derechos inalienables, como son: la organización (participación activa en la sección XIII del SINTCB); la petición (plasmado en el artículo 8º. constitucional), y el de la información (prerrogativa ejercida a través del IFAI, como ciudadana, y también, como miembro de una comunidad escolar que a la transparencia también se debe.

Sucede que como práctica recurrente, nuestro directivo, estila amedrentar a los trabajadores incómodos con cartas (inexistentes), supuestamente, promovidas por los estudiantes, o los progenitores de los mismos. Y cuando a través de escritos le hemos solicitado copia de los documentos, a la instancia sindical, expresa sencillamente, que no hay tal.

Ejemplo de ello son las “memorables” páginas de “una situación de bronca con uno de los grupos del Maestro Baltazar”, a las que a mí refiriera el 21 de marzo, del año en curso (consta en audio); y a ambos, nos envolviera en un episodio kafkiano, por nosotros no propiciado.

Producto de decisiones tomadas muy al margen de la normativa, Peña promueve trámites que hablan de burbujas de excepción, como lo es el caso de la alumna ALATRISTE ROMÁN LIBIA VALERIA, a quien a dos semanas de iniciado el semestre 2012 A, se le autorizó una cambio, de parte de la dirección del plantel, con la singularidad de que sólo era en la asignatura del Profesor Carlos Baltazar, para irse a contra turno con otra compañera, que “después le pasaría la calificación”, ello lo externó el actual Jefe de Materia de Filosofía, subrayando que se trataba de “un favor para el Director”; de esa conversación soy voz testimonial. Y de lo cual, puedo manifestar que el Profesor  Baltazar, se pronunció en rotunda negativa.

Así, cuando los acontecimientos adquirían un tono enrarecido, producto del dolo y manipulación del funcionario, tuvimos algunas reuniones,  en el ánimo de esclarecer los hechos y deslindar responsabilidades. Entonces, se comprometió ante la instancia sindical,  que al reanudar labores, luego del periodo vacacional, por escrito haría manifiesto su compromiso, y a todas luces, hemos constatado que este Peña tampoco cumple.

 Una tarde anterior, (20 de marzo), el Lic. Peña Sánchez, tampoco tuvo empacho en decirme que los alumnos del grupo 604, pensaban promover una carta en mi contra, por “intransigente”, al considerar la no pertinencia de bajar las escaleras, mientras el movimiento telúrico de alta intensidad, tenía lugar.

Al respecto, cabe hacer la siguiente acotación: nuestro plantel carece de un plan de Protección Civil, que permita a todos los miembros de esta comunidad, tomar decisiones acertadas frente a diversas contingencias. En ese entonces, expresé que los alumnos, en su derecho estaban de promover la misiva, pero si hablábamos de responsabilidades al respecto, él tendría que cargar con una mayor, pues como cabeza de este plantel, estaba obligado a velar por la seguridad de todos aquellos que conformamos la colectividad.

Como si por consigna se actuara, en esos días mi Jefe de Materia, me planteó el mismo hecho abordado por el Director, cuestionando mi proceder ante el sismo.

Frente a esas circunstancias, comenté la situación con algunos compañeros de la Sección XIII del SINTCB, y de nuestra Asamblea, surgió la iniciativa de entrevistarnos con las autoridades del plantel y sugerir la conformación de Brigadas de Protección Civil, y un plan, que orientara la acción de los que aquí realizamos actividades administrativas o académicas. Ello abrevó en la firma del acta constitutiva de la Unidad Interna de Protección Civil, acaecida a principios del mes de mayo.

No conforme con ello, el viernes 18 de mayo,  entre las 12:00 y 13:00 horas, mientras me encontraba en el salón C14, con el grupo 602, entregando calificaciones del segundo parcial, correspondientes a la asignatura Lenguaje y Comunicación II, se presentó una situación que no camina al margen de lo hasta aquí enunciado, y que se confirma como un gesto de autoridad mal entendida –de parte de Raúl Peña--, falta de tacto, y de respeto, a la forma de organizar el trabajo propio al interior del aula, y también, a la inteligencia propia.

Luego de permanecer ausente de mis clases por varias sesiones, y sustraído de las actividades que a la dinámica escolar le son inherentes, el alumno HERNÁNDEZ PALMA ALEJANDRO, apareció por el grupo con la pretensión de que revisara su portafolio de evidencias (con las pocas que logró producir en su paso por mi clase), cuando al resto de sus compañeros les fue solicitado la semana anterior (9 de mayo), con prórroga hasta un par de días después, para quienes enfrentaron atraso en su entrega.

Cabe mencionar que al inicio del curso se establecieron los criterios y consideraciones, para la entrega de productos, y conforme a esta normativa interna, ya no cabía lugar a concesiones de ninguna índole, y menos aún, para un estudiante que brillaba por su ausencia en mi salón, y que con frecuencia nos encontrábamos en el patio y hasta me saludaba, haciendo gala de una responsabilidad relajada.

No sé, ni me interesa dilucidar el vínculo del alumno citado, con la Profesora Obdulia Galván Sánchez, quien ha cubierto en licencia algunos grupos de Raúl Peña Sánchez, el hecho concreto es que al estudiante lo he visto en su compañía, y de ahí, de esa cercanía entiendo que pueda provenir el documento con el que pretendió justificar sus ausencias: un memorándum, expedido y firmado por el Director del plantel. A caso, ¿este es el procedimiento? De ser así las cosas, solicito que a la Subdirección del plantel se le notifique a la brevedad, que esta ha dejado de ser su función: expedir los justificantes que hasta hace muy poco elaboraba, para respaldar la existencia de motivos que llevaron a estar fuera del aula a los interesados.

Al respecto, quiero mencionar que trabajo en este plantel desde febrero del 2009, y por mis manos jamás había pasado un texto funcional, de corte laboral, mejor conocido como memorándum, ni aún en situaciones en las que la “decencia” debiera obligar, sí y sólo sí, existiera seriedad en este islote de la vida institucional. Verbigracia, cuando se toma por asalto el tiempo y espacio destinado a la impartición de las asignaturas, so pretexto de la convocatoria de los padres de familia, para la entrega de calificaciones de sus hijos. En términos de justicia, no omitiré del panorama, que el Director mismo reproduce estas prácticas, y como un botón del muestrario, ofrezco el siguiente hecho: el pasado martes, 8 de mayo, de 19:00 a 20:00, el Director citó a los padres de familia, de su grupo en tutoría, y para tal efecto usó el salón C26, en un tiempo, en el que la distribución horaria, asigna al Profesor Carlos Baltazar el uso de este espacio, este último no fue notificado ni siquiera de manera verbalizada.

Otro evento en el que tampoco se nos notifica, por ningún medio institucional, es cuando a los estudiantes de sexto semestre, se los llevan al Auditorio Nacional, a conocer la oferta educativa de las instituciones a nivel superior.

Menos aún, cuando se hacen eventos en el patio escolar, y se requiere de los estudiantes, así se trate de nuestra hora, frente a su grupo.

¿Dónde se encuentran los memorándums, cuando estas actividades, y otras, interfieren con nuestro legítimo tiempo, para ejercer la docencia frente a grupo?

En esta situación, en particular, pido respeto a la forma de organizar el trabajo al interior de mis grupos, y con ello, a los tiempos establecidos para la entrega de productos, y sus evaluaciones. De igual forma, exijo que nuestro Director no solape el desentendimiento de los estudiantes, respecto al compromiso que debieran mostrar dentro del aula, y menos aún, malbarate su autoridad, haciendo creer a la gente que aquí puede ponerse en práctica el condenable tráfico de influencias.

Finalmente, Señor Coordinador,  solicito a Usted, un llamado a la cordura a este subalterno suyo, en el ánimo de que la zozobra, desaparezca del entorno laboral, y cada cual realice sus funciones, con apego a la normativa, y el respeto profundo a los derechos y garantías individuales.

Quedo de Usted, de ser necesaria cualquier aclaración al respecto. Mientras tanto, le envío un saludo cordial.

Atentamente,





Profra. Narcedalia Albarrán Alonzo,
Academia de TLR y Literatura,
del Plantel 7, Iztapalapa.














c.c.p. Arturo Payán Riande, Director General Interino, del Colegio de Bachilleres
c.cp. Raúl Peña Sánchez, Director del Plantel 7, Iztapalapa
c.c.p. Adriana Suárez Martínez, Subdirectora del Plantel 7, Iztapalapa
c.c.p.. Aarón Urzúa Sánchez, Secretario General del SINTCB
c.c.p. Ramón Urbieta Montalvo, Secretario de Organización Académica, del SINTCB
c.c.p. Secciones XIII y XIV, del SINTCB
c.c.p. Interesada


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